Realmente es sorprendente la política de Podemos. Debe ser por la poca experiencia política de sus dirigentes, pero que no asistan a un debate en la TEF, donde se invitaron a las principales fuerzas de izquierdas de las Pitiüses, es perder una magnífica oportunidad para explicar a los ciudadanos sus propuestas, objetivos, su nueva forma de hacer política. El argumento que esgrimieron para no estar en el debate es que Podemos no se considera ni de izquierdas ni de derechas, lo que demuestra que este partido ha decidido llegar para inventar nuevos conceptos políticos, revolucionarios, pero nuevos al fin y al cabo.

Explicar las cosas. El debate de la TEF emitido el miércoles hubiese sido una buena oportunidad para que Podemos señalase claramente qué piensa hacer en el sector turístico, si su objetivo es recuperar la ecotasa, y cómo piensan actuar en cuanto a la propiedad privada. Los planteamientos de Pablo Iglesias sobre las limitaciones de las propiedades privadas son realmente preocupantes y conviene aclararlas. Si además se trata de un partido que aspira a gobernar las instituciones, han perdido una gran oportunidad.

Muchas incongruencias. Quizás Podemos decidió no asistir al debate para no tener que dar explicaciones. Recordemos que la pasada semana este diario desveló que uno de sus líderes había sido condenado a 20 meses de cárcel por tráfico de drogas. Este mismo dirigente tuvo que dimitir, pero las justificaciones que ha hecho públicas Podemos han sorprendido más incluso que el desliz de su dirigente. Podemos ha remitido varios comunicados de prensa para defender a su dirigente condenado, apelando al derecho a la reinserción. No nos imaginamos qué hubiesen dicho estos mismos dirigentes si un militante del PP o PSOE tuviese el mismo historial penal que el dimisionario de Podemos. En definitiva, no se puede aplicar dos códigos de conducta. Uno para los dirigentes de Podemos y otro para los demás. Y lo que no se puede, a estas alturas, es intentar vender que Podemos no es de izquierdas ni de derechas. Eso no se lo traga nadie.