El Govern anunció esta semana la adjudicación del servicio de radioterapia a la clínica Juaneda por una cantidad inferior a la propuesta inicial. De esta manera, el servicio podría estar en funcionamiento en menos de seis meses. No estará, evidentemente, como prometieron desde el Consell y el propio Govern antes de las elecciones. Hay que decir que parte de este retraso se produjo, como adelantó en exclusiva este diario, a la reclamación de la empresa ganadora, que exigía tener la adjudicación ya que entendía que su oferta era la más económica frente a la otra propuesta. Lo importante en estos momentos es que el servicio pueda estar en funcionamiento lo antes posible, independientemente de las elecciones. Las personas están muy por encima de unas elecciones.

Problemas administrativos. Es justo decir que los problemas que se han producido en la adjudicación de la radioterapia no es imputable a los políticos. Si una empresa presenta una reclamación existen unos plazos que deben cumplirse y que, irremediablemente, implican un retraso en la adjudicación. Que la mesa de contratación se haya reunido más de una docena de veces no es nada normal normal. Voluntad política ha habido. Problemas administrativos.

Una mejora evidente. Con la puesta en marcha del servicio de radioterapia en Can Misses la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos de las Pitiüses es más que evidente. En primer lugar, porque un tratamiento de estas características siempre es mejor hacerlo cerca de casa que tener que viajar hasta Palma. Sin duda, muchas personas que han tenido que tratarse con radioterapia podrían contar las dificultades que supone realizar el tratamiento lejos de sus domicilios. Las incomodidades también las viven los familiares. A partir de ahora, la situación cambia radicalmente. Pero al margen de comodidades, de evitar traslados, es de justicia que los ciudadanos de las Pitiüses tengan el mismo trato que los habitantes de Mallorca. Si presumimos de ser una comunidad autónoma, todos debemos tener los mismos servicios.