No tiene ningún sentido que la oposición política siga negando la mejora económica, como también resultaba incluso patético que Rodríguez Zapatero, allá en 2008, negase la crisis económica. Seguramente ahora que llegan elecciones no es políticamente correcto para la oposición decir que el ciclo económico ha cambiado, que si bien la tasa de paro aún es alta, Balears, gracias especialmente al empuje de las Pitiüses, lleva más de dos años seguidos bajando las listas del paro. Estas cifras no son discutibles y sorprende que cuando a un dirigente político que no gobierna le preguntan, siempre diga que los empleos son precarios. Mal argumento para esconder una realidad.

Una herencia mejor. Los datos macroeconómicos tienen un escenario diferente al que nos presentan los políticos. Es cierto que aún hay muchas personas en el paro, y eso no lo niega Rajoy ni su Gobierno, pero es una evidencia que las cosas están cambiando. En este cambio, no conviene olvidar el protagonismo que han tenido los empresarios en modificar sus estructuras, reducir gastos, y realizar inversiones para modernizarse. En Eivissa hay muchos ejemplos de cadenas hoteleras que no han dejado de invertir en los últimos veranos y son un ejemplo a nivel internacional. Negarlo es un gran error. Por eso, gobierne quien gobierne se encontrará con una situación económica mucho mejor que la que recibieron aquellos dirigentes que accedieron al poder en 2011. La diferencia es más que abismal.

Seguir por el mismo camino. En política todos los partidos tienen su hoja de ruta, pero la economía no suele digerir los experimentos. Por el bien colectivo, sería deseable que los futuros dirigentes políticos siguiesen la misma filosofía, es decir, que no disparen los costes de la administración, que permitan y fomenten la inversión privada, y que modifiquen las estructuras para seguir creando empleo. Reincidir en un mayor gasto público sería un grave error que la economía balear, ni tampoco la pitiusa, podría asumir. Los experimentos, en economía, con gaseosa.