En la edición de hoy informamos sobre el número de ocupaciones de via pública que fueron concedidas por el entonces concejal encargado de esta área, Nacho Rodrigo, actual candidato del PREF al Consell d’Eivissa. De forma sorprendente, y ya veremos si también irregular, Rodrigo otorgó licencias con informes desfavorables. En total se concedieron hasta 16 permisos con la opinión desfavorable de los técnicos municipales. Todos estos permisos se otorgaron durante el año 2012 cuando Rodrigo era el responsable de comercio.

Muy sospechoso. Ante los hechos que denunciamos hoy, el Ayuntamiento de Vila debería hacer las averiguaciones precisas y actuar en consecuencia. La ordenancia municipal es inflexible al respecto y dice que cualquier ampliación de los negocios necesita un informe y que éste sea positivo, un aspecto que parece que no tuvo muy en cuenta Nacho Rodrigo en su etapa de concejal. Lo peor es que Rodrigo es abogado y conoce perfectamente lo que supone no cumplir la ley. En este caso, se trata de un sospechoso y claro trato de favor a determinados negocios de Vila.

Un largo historial. Afortunadamente, la etapa de Rodrigo en Vila parece haber llegado a su fin. A este concejal del PREF se le recordará más por sus vejaciones contra compañeras de gobierno -su famoso ‘salami’ le acompañará allá donde esté y haga lo que haga- y por capitanear a los concejales que trabajaron activamente en la trama contra Sánchez Jáuregui. La vida da muchas vueltas y hoy la Justicia ha dejado claro, pese a quien pese, que Sánchez Jáuregui no cometió ningún delito mientras el caso del que hoy informamos plantea muchos interrogantes sobre la gestión de Nacho Rodrigo ¿Qué ocurrió para que aceptase firmar estas autorizaciones sin el visto bueno de los técnicos? ¿Es lo habitual que un político tome una decisión en contra de los informes municipales? El caso, sin duda, plantea muchos interrogantes y, de la misma manera que se ha hecho en otros casos, el Ayuntamiento de Vila no debería esperar ni un minuto en actuar en consecuencia. No se puede mirar hacia otro lado. Y hay que acabar con ciertas artes en política que no deberían volver nunca más.