El incendio declarado ayer tarde a bordo del Sorrento, un buque operado por la compañía Trasmedierránea-Acciona que cubría la ruta entre Palma y Valencia, no ha provocado, por fortuna, desgracias personales –los tres heridos fueron trasladados en helicóptero al hospital de Son Espases– y el resto de pasajeros y la tripulación fueron evacuados por embarcaciones próximas y el dispositivo de emergencia que se activó cuando se recibió la llamada de emergencia desde el barco. La preocupación, en estos momentos, se centran las posibles consecuencias medioambientales que podría suponer el hundimiento de la embarcación, que se encuentra a 17 millas de la costa mallorquina, frente a la isla de Dragonera.

Noticias relacionadas

Máxima alarma. Todos los recursos disponibles se centran, ahora, en tratar de mantener a flote el Sorrento. El naufragio del ferry es el peor escenario al que se enfrentan las autoridades marítimas y, por extensión, Mallorca que inaugura, estas semanas, una temporada turística excepcional, que podría quedar en entredicho por las consecuencias medioambientales que tendrían los vertidos procedentes de un pecio cargado de combustible y carga. Para tratar de neutralizar el peligro no se pueden escatimar recursos técnicos y personales. Lo que ocurre estos días en Canarias con la llegada las manchas de fuel procedentes del pesquero ruso hundido a 24 kilómetros de la costa genera inquietud en la isla, por eso es necesario lanzar un mensaje de tranquilidad y garantizar que se está actuando de manera eficaz y coordinada desde el primer momento.

Aunar esfuerzos. Controlada la evacuación de los pasajeros, es el momento de averiguar las causas de este importante siniestro –el incendio alcanzó a la totalidad del Sorrento– y transmitir a la sociedad que no se escatiman esfuerzos para minimizar su impacto en la economía mallorquina. Este es el gran reto al que los responsables políticos deben hacer frente en los próximos días.