Las previsiones de tráfico aéreo en todos los aeropuertos de Balears durante los próximos meses superan, con un amplio margen, las previsiones iniciales. El despegue de la economía europea, y por extensión, de la española, junto con los conflictos sociales y políticos que amenazan alguno de los principales destinos competidores en el norte de Africa, son los principales factores causantes del imprevisto repunte de la demanda. El arranque de la temporada ya está arrojando unos resultados espectaculares, una tendencia al alza que se mantendrá durante los próximos meses.

Éxito y profesionalidad. Del mismo modo que el sector turístico balear ha sabido capear los años de la recesión –su comportamiento positivo ha contrastado con el resto durante los últimos ejercicios–, también es preciso que sepa responder a esta coyuntura, que hay que considerar como excepcional. Hay que aprovechar la oportunidad que brinda, y no sólo en términos económicos al conjunto de la sociedad. El flujo de visitantes de este año no puede quedar como una simple sorpresa, Balears tiene una posibilidad inmejorable para consolidar nuevos nichos de mercado, recuperar clientela y afianzar su liderazgo turístico en el Mediterráneo. La profesionalidad, tanto en los servicios públicos como privados, se ponen a prueba; también en circunstancias de gran demanda como la actual.

Reducir la estacionalidad. Mientras, en términos globales, los hoteleros están haciendo un esfuerzo generoso en inversiones para modernizar los establecimientos, es preciso que la Administración acompañe con medidas complementarias para alcanzar el objetivo de la desestacionalización. El amplio abanico de destinos que se cubrirán desde los aeropuertos de las islas durante el verano es preciso que también se mantengan durante la temporada baja, evidentemente con menor intensidad pero con la certeza de que la conectividad es una batalla que se está ganando. El avance necesita algo más que la colaboración de las compañías.