Finalmente se han cumplido las previsiones y el Grupo Palladium ha decidido invertir 400 millones en Cancún, México, en lugar de impulsar su Plan de Excelencia en Platja d’en Bossa. Este plan no ha sido descartado por completo pero la familia Matutes dice que, de momento, su inversión en Platja d’en Bossa deberá esperar. De hecho, esto es lo que lleva haciendo Matutes desde hace varios años ante la poca celeridad con la que ha actuado el Ayuntamiento de Sant Josep para dar los permisos necesarios y, al fin y al cabo, impulsar un proyecto que mejoraría la gran zona turística.

Problemas políticos. La decisión del Ayuntamiento de Sant Josep de no acelerar los permisos del Plan de Excelencia de Platja d’en Bossa suponen, ni más ni menos, que Eivissa pierda una inversión de muchos millones y que dejen de crearse varios cientos puestos de trabajo. Esta decisión es irresponsable y difícil de entender para una sociedad que, aún hoy, padece la crisis. Quizás los políticos de Sant Josep no lo sepan, pero muchas familias aún hoy tienen graves problemas para poder llegar a final de mes. El Plan de Excelencia de Platja d’en Bossa tenía sentido común y mejoraba unos terrenos que, hoy por hoy, no tienen ningún valor medioambiental. Además, se creaba una oferta que, con toda seguridad, hubiese permitido alargar la temporada turística. Sin embargo, la familia Matutes lleva mucho tiempo esperando unos permisos que no han llegado. Parece que las cosas son mucho más fáciles en otros países, donde no les hacen ascos a las inversiones privadas.

Dos velocidades. Evidentemente, el caso de Platja d’en Bossa demuestra que las administraciones llevan un ritmo, y las empresas privadas otro muy distinto. Es fácil adivinar que sin el empuje del empresariado hoy, esta sociedad no tendría el impulso económico del que presume en el mundo entero. Por el contrario, las administraciones se convierten en muchas ocasiones en un obstáculo para el desarrollo. Quizás en este tema ha pesado mucho los prejuicios, evitar las polémicas, pero no hacer nada, impedir un desarrollo económico, es una gran irresponsabilidad.