El tripartito de Sant Antoni firmó ayer su pacto de legislatura. PSOE, PI y Reinicia alcanzaron un acuerdo que incluye, cómo no, la rebaja de sueldos en un 20%. El mismo argumento, recordemos, provocó que el pasado viernes el PSOE se levantase de la mesa porque proponían una bajada importante de los sueldos de los cargos políticos. En Palma, en el ámbito autonómico, Podemos ha forzado aún más la situación y pide que el president del Govern no cobre más de 2.000 euros, lo que vendría a ser tres veces el salario mínimo. También ha dicho Podemos, y no es una cuestión baladí, que si no se cumple esta premisa no ocurre nada.

Populismo barato. El tema del sueldo de los políticos es una cuestión muy populista pero, a la vez, un discurso irresponsable. Los políticos tienen que estar razonablemente bien pagados porque, entre otras cosas, toman decisiones muy importantes. Si un político gestiona bien el dinero público y permite el ahorro de gastos superfluos, ¿hay algún inconveniente para que tenga un sueldo digno? Tampoco hay que olvidar que muchos de estos políticos proceden de la empresa privada, con sueldos por encima de lo que pretende asignar Podemos. No consideramos que el tema de los sueldos sea ahora mismo el principal problema que haya en Eivissa. Por el contrario, hacen falta buenos gestores políticos que consigan garantizar el agua potable para los ibicencos o una buena carretera, rápida y segura, que una Vila con Santa Eulària. Sin embargo, Podemos considera, ahora mismo, que la prioridad es bajar los sueldos. Es un discurso equivocado y demasiado populista.

Avanzar más. Al margen de los sueldos, sería interesante que las reuniones que mantienen los partidos de izquierdas para formar gobiernos progresistas avanzasen en temas que realmente interesan a los ciudadanos. De momento se debaten muchas intenciones y pocos asuntos clave. Muchas recomendaciones, pero pocas concreciones. Esperemos conocer algo más realista en los próximos días.