Las fuerzas de izquierdas aún no han llegado a un acuerdo sobre quién presidirá el Govern y también se desconoce qué partidos o partidos lo harán. PSOE, Més y Podemos siguen negociando, pero ya tienen claro que habrá ecotasa en 2016. Los socialistas se mostraban reacios a implantar este impuesto, pero finalmente las exigencias de sus socios ha forzado al PSOE a decir lo contrario de lo que había prometido en campaña. Por lo tanto, es más que probable que habrá ecotasa en 2016, una medida que provocará la euforia entre todos aquellos que nunca la pagarán y el malestar de los hoteleros, que deberían ser, en principio, los que tienen que cobrarla en sus establecimientos

Rechazo general. El presidente de los hoteleros de Eivissa, Juanjo Riera, ya ha mostrado su oposición a la implantación, de nuevo, de la ecotasa. Riera recuerda que el impuesto es injusto por cuanto se cobra a los turistas que van a hoteles y apartamentos reglados, pero no a los que utilizan pisos turísticos o se alojan en casas de amigos o en barcos. Riera propone que el nuevo impuesto, si se aplica finalmente, pueda recaudarse en puertos y aeropuertos, pero no en hoteles.

Experimento fallido. Parece que los políticos no aprenden de los errores. La ecotasa ya estuvo en vigor una temporada turística y sus consecuencias fueron nefastas. Llegaron menos turistas a las Islas y el dinero que se recaudó se utilizó para inversiones de dudosa rentabilidad y necesidad ¿Hace falta este revuelo en el sector turístico para comprar edificios obsoletos en el centro de Palma? No parece que la ecotasa sea la solución a los problemas del turismo balear. Esperamos, además, que el nuevo impuesto se implante con consenso. Si tan importante era conocer la opinión de los docentes con el TIL, imaginamos que también resultará fundamental que los hoteleros den a conocer su postura sobre el nuevo impuesto. Lo que era bueno antes también servirá ahora en la «hoja de ruta» de la izquierda, aunque mucho nos tememos que se aplicará sin ningún tipo de acuerdo con la patronal turística. Pese a ser el sector económico más importante de Balears, parte de la izquierda ha conseguido demonizar al empresariado hotelero.