El primer discurso de la nueva presidenta de Balears, Francina Armengol, tras el acto de la toma de posesión del cargo en el Consolat de la Mar es una indudable carta de presentación de sus objetivos al frente del Govern para los próximos cuatro años. De sus palabras, en las que no han faltado emocionadas referencias al papel de destacadas militantes de la izquierda –algunas de ellas víctimas durante la Guerra Civil–, queda claro el giro hacia la izquierda que pretende impulsar como principal responsable de la Comunitat Autònoma aupada por la alianza del PSIE con el resto de fuerzas progresistas, Podemos y Més, la cual ha generado unas expectativas que no está dispuesta a traicionar.

Financiación y atención social. La nueva presidenta de Balears señala la pésima financiación como el problema más urgente a resolver, un diagnóstico acertado y que requiere una solución previa para poder acometer, con solvencia, la larga lista de compromisos que detalló. Armengol debe ser consciente que sus políticas de mejora de las prestaciones sociales, como eje central de su acción de gobierno, requieren más y mejores recursos tal y como han recordado todos sus predecesores al frente del Govern. Queda por saber si en esta nueva etapa se pondrá fin a los apaños coyunturales y a la sumisión frente a las exigencias de Madrid, la tónica habitual desde 1983, cuando se constituyó la Comunitat. Dejar pendiente la mejora de la financiación supone que la intervención de ayer fue una mera declaración de intenciones.

Un tiempo nuevo. Francina Armengol augura un tiempo nuevo, una forma diferente de entender y practicar la política en Balears. Diálogo y consenso han sido términos desterrados en las relaciones del Govern con la sociedad de las islas durante los últimos cuatro años, salvo contadas e interesadas excepciones. Es necesario, por tanto, recuperar y abrir los canales de comunicación del Consolat de la Mar, donde reside la primera institución de Balears, con los ciudadanos.