La elección del nuevo director general del Ens Públic de Radiotelevisió de les Illes Balears (EPRTVIB), que gestiona los canales autonómicos de radio y televisión IB3, está generando una batalla política entre los grupos que integran la mayoría en el Parlament y el principal grupo de la oposición, el Partido Popular. Son varios ya los nombres que están sobre la mesa, pero la ley actual obliga a que el nuevo responsable de la radiotelevisión balear cuente con el apoyo de los 2/3 de la Cámara, circunstancia que obliga a un acuerdo con los conservadores. Las alternativas a la falta de entendimiento son dos: demorar seis meses la designación para que quede en manos del Govern o modificar la ley actual. Ambas fórmulas son perjudiciales ya que prolongan la interinidad en la gestión de los medios de IB3.

Radio y televisión necesarias. El debate sobre la existencia de IB3 ya está, por fortuna, superado. Unos medios públicos de ámbito autonómico tienen una clara función de cohesión social en un territorio discontinuo como Balears, además de ser un vehículo de normalización lingüística en la actual oferta audiovisual. Además, como no puede ser de otro modo, la radio y televisión pública deben mantener un compromiso con la información veraz e independiente y una programación digna y próxima a los ciudadanos. En definitiva, IB3 está llamada a ser, como ocurre en otras comunidades, el medio de comunicación audiovisual de referencia de las Islas, siempre en consonancia con sus posibilidades económicas, y no un mero altavoz de unas opciones políticas con responsabilidad institucional.

Industria audiovisual. Tras los canales de IB3 hay una importante industria audiovisual en Balears que está dando pruebas de su solvencia profesional, en muchas ocasiones reconocida por la audiencia. Por tanto, sólo desde el consenso político se puede garantizar la estabilidad de un proyecto de enorme trascendencia social y económica como es la radio y televisión pública de Balears. Éste debe ser el objetivo.