La factura de un restaurante de Formentera ha provocado una gran polémica en las redes sociales y ha obligado a la propiedad a dar explicaciones a través de un comunicado. Se trata, sin duda, de un caso inédito hasta ahora, pero el fondo del debate es qué modelo persigue Formentera y si, en realidad, lo que se está intentando es convertir la isla en un selecto destino vacacional que solo pueda ser disfrutado por unos pocos. En concreto, dos clientes se quejaban por haber pagado 337 euros, una factura que incluía pescado fresco, entrante, bebidas, un postre y cafés. La propiedad ha explicado que se está pagando el precio que se marca en la puerta del establecimiento y que, además, hay que tener en cuenta que los clientes se encontraban en ses Illetes, uno de los lugares más exclusivos del Mediterráneo y posiblemente del mundo. La propiedad, además, añadía en su comunicado que en el futuro detallará a sus clientes el coste del pescado al peso, algo que no se suele hacer y que, habitualmente, trae sorpresas desagradables en la mayoría de restaurantes.

El paraíso. El pasado domingo este diario publicaba un reportaje sobre lo que suponía disfrutar del paraíso, de Formentera. El reportaje no podía ser más oportuno y se publicaba en plena polémica viral con la ya famosa factura de 337 euros. Sin duda, disfrutar del paraíso tiene un coste, aunque es más que evidente que en muchos casos los precios son disparatados. En ocasiones, los establecimientos de Formentera parecen competir en precios, siempre al alza, y algunas veces sin que esté demasiado justificado. Pese a ello, la isla está ahora mismo con una ocupación al cien por cien. Encontrar una cama hotelera en Formentera es materialmente imposible. Y los restaurantes, llenos a reventar.

Modelo de futuro. Sin duda, Formentera debe decidir qué modelo quiere para el futuro. Los políticos de la isla han coincidido en intentar cobrar una tasa a los vehículos que lleguen via marítima, en un intento de regular la ocupación en la isla. Sin embargo, otro debate que se debería plantear es si lo que en realidad se persigue es convertir Formentera en una isla exclusiva, al alcance solo de millonarios. Parece que ese es el modelo turístico que se busca para el futuro. Es lícito, pero conviene saberlo para los que no pueden pagar 337 euros por una simple comida.