El titular de la Conselleria d’Educació, Martí X. March, anunció ayer la convocatoria de oposiciones para reducir la cifra de profesores interinos. La medida permitirá estabilizar la actual plantilla de docentes de Primaria y Secundaria en los centros de Balears, pero no la ampliará –aunque se mantienen los aumentos de contrataciones previstas–. El gesto, sin duda importante, no resuelve buena parte de los planteamientos del sector en la enseñanza pública, cuyas reivindicaciones alcanzan aspectos como son los medios disponibles, el reciclaje y, por supuesto, las ratios por aula. De momento se mantiene la huelga indefinida en la enseñanza pública de las Islas, un conflicto que se inició durante la pasada legislatura, con el Govern en manos del Partido Popular. Ahora se trabaja en su desconvocatoria.

Una prueba. Los docentes de los centros públicos han quedado fortalecidos en sus posiciones con los resultados de los pasados comicios autonómicos, circunstancia que abre un nuevo escenario en sus relaciones con los actuales gestores de la Conselleria d’Educació. De momento ya es importante que se convoquen oposiciones, un modo de frenar las consecuencias de la provisionalidad creciente de las plantillas, una circunstancia que siempre influye de manera negativa en la calidad de la enseñanza. No cabe duda de que el Govern quiere, en todo lo relacionado con el mundo de la educación, marcar un punto y aparte respecto al pasado.

Prioridades y financiación. Eliminar los recortes que se habían implantado en los últimos años en todo el sector educativo en Balears es una de las prioridades gubernamentales, casi podría decirse que pretende ser una de sus señas de identidad durante la legislatura, aunque ello tendrá un importante coste económico para las arcas autonómicas que no será fácil de resolver. Una educación de calidad es un objetivo irrenunciable, tarea en la que es preciso lograr que se aúnen los esfuerzos de la Administración y de los docentes en beneficio de los alumnos, que son, al fin y a la postre, el futuro.