Hay situaciones que ejemplifican a la perfección la hipocresía de los políticos, con independencia de su adscripción ideológica, cuando se responsabilizan de la gestión institucional. Como una letanía interminable recitan la pésima situación de las arcas públicas –de la que se responsabiliza tanto al Estado como a la la ‘herencia’ recibida de los anteriores gobernantes– para explicar, y en muchos casos querer justificar, el deterioro en las prestaciones básicas o en la demora de inversiones. Sin embargo, ahora, Balears perderá más de 19 millones de euros en ayudas de la Unión Europea por la sencilla razón de que o bien no se han justificado de manera adecuada o están mal tramitadas.

Fin de la impunidad. Desde el Govern actual se advierte de que la cifra se duplicará si antes de que concluya el ejercicio de este 2015 no se justifican, adecuadamente, los gastos realizados. Los incumplimientos de los protocolos europeos por parte de los responsables autonómicos de Balears han sido una constante, hasta el punto de que en el pasado año, con el Govern en manos del Partido Popular, la Unión Europea realizó una seria advertencia en este sentido. Lo más llamativo de esta situación es la total impunidad con la que quedan quienes, por el mandato de los ciudadanos, son los encargados de gestionar y trabajar en favor del bien común.

Más transparencia. En estos tiempos en los que tantas proclamas se hacen en favor de la transparencia es inevitable exigir que la nueva actitud entre de lleno en los despachos de la Administración, que los ciudadanos sepan quienes hicieron mal su trabajo cuando eran los dirigentes de los departamentos afectados por estas pérdidas millonarias que, como ocurre siempre, tendrán que suplirse con cargo a los bolsillos de los contribuyentes. La honradez de los políticos no se mide sólo, aunque también, por su nulo enriquecimiento en el desempeño de sus funciones políticas; también contempla su eficacia.