La encuesta elaborada por el Instituto Balear de Estudios Sociales ante la próxima cita del 20-D refleja que la intención de voto de los ciudadanos de las Islas mantiene la tónica de los pasados comicios locales y autonómicos. El electorado no se mantiene impermeable a las mismas tendencias que se detectan en el resto del Estado, aunque en el caso balear supone un cambio radical ya que sitúa a la que ha sido la formación más representativa, el Partido Popular, a niveles insospechados y, por supuesto, muy alejados a los buenos resultados que obtuvo en 2011. El centroderecha se decanta por una fuerza emergente como Ciudadanos, mientras la izquierda recupera al PSOE y abre la puerta a que Podemos obtenga un representante en el Congreso por la circunscripción de Balears.

Durísimo castigo. El retrato electoral que fija el sondeo del IBES, realizado tras el anuncio de la convocatoria de las elecciones generales para diciembre, refleja un desplome sin precedentes del PP, que transfiere votantes a la formación que lidera Albert Rivera. Cambiar esta tendencia es una tarea titánica, casi imposible para los conservadores, cuya formación en Balears se encuentra sumida en una seria crisis de liderazgo tras el fracaso de las pasadas elecciones. C’s arrebata al PP el espacio de centro, pieza indispensable para los grupos con vocación mayoritaria.

Diversidad ideológica. Los ocho diputados que están en liza por la circunscripción de Balears se pueden repartir, en función de los resultados que ofrece el trabajo demoscópico del IBES, con una diversidad ideológica nunca conocida. Las Islas pueden enviar representantes desde la derecha hasta la izquierda radical, consecuencia lógica de la diversidad que se ha instalado en la sociedad. La política vuelve a interesar a los ciudadanos, buena prueba de ello es el incremento de la participación prevista en las elecciones del 20-D, hasta un 70 por ciento de participación, nueve puntos más que hace cuatro años.