El PP ibicenco decidirá hoy a los candidatos al Congreso y al Senado. José Vicente Marí Bosó y Enrique Fajarnés optan al Congreso y Pepe Sala y Santi Marí, al Senado. El medio centenar de dirigentes populares decidirán, con un voto secreto, quienes formarán parte de la candidatura para las elecciones del día 20. Ha habido algunas sorpresas, si bien este diario adelantó el domingo que la militancia apostaba por Marí Bosó para renovar la presencia ibicenca en la candidatura de ámbito balear. Marí Bosó era el tapado, como se demostró ayer.

Necesidad de renovar. Es bastante indiscutible que el PP necesita una profunda renovación tras las dos anteriores elecciones. Tanto en las europeas como en las autonómicas, insulares y municipales los populares han ido perdiendo votos y para las generales no parece que vaya a ser diferente. Sin embargo, el mensaje del electorado de centro derecha está muy claro: el PP necesita hacer cambios, lanzar nuevos mensajes, pero sobre todo iniciar un proceso de renovación para poder estimular al electorado que, ahora mismo, tiene otras opciones para el día 20. Ciudadanos es una amenaza más que real para el PP.

Fajarnés es el pasado. No parece que Fajarnés sea el prototipo de político que necesite Eivissa y Formentera para los próximos cuatro años. Además de llevar quince años en la política nacional, de haber aportado muy poco en la última legislatura, Fajarnés es un político que ha provocado algunos desencuentros internos en el pasado. Recordemos su pugna con Pere Palau y la más reciente con Vicent Serra, situaciones que no han sido precisamente positivas para su partido. Fajarnés tiene el apoyo de Madrid, pero sería un error que desde la dirección nacional se digitase a un candidato que ya necesita un relevo. Hay que darle las gracias por los servicios prestados, pero ha llegado el momento de despedirse. El electorado de centro derecha necesita algún tipo de aliciente para votar al PP. Y Fajarnes debería dar un paso atrás y darse cuenta de que su momento ha caducado.