La encuesta elaborada por el Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES), sobre la intención de voto en las próximas elecciones generales, en exclusiva para Periódico de Ibiza y Formentera refleja la atomización del voto del electorado balear que, como ya ocurrió en los pasados comicios locales y autonómicos de mayo, mantiene su voluntad de huir de la fórmula del bipartidismo de las dos grandes formaciones estatales, PP y PSOE –como ocurrió en 2011–, para abrir la puerta a los partidos emergentes –Ciudadanos y Podemos– e, incluso, situar al borde de una representación en el Congreso de un diputado nacionalista, en este caso Més.

Duro castigo. Uno de los aspectos más significativos del trabajo demoscópico del IBES, cuando falta poco más de un mes para la celebración de las elecciones generales, es que tanto PP –en el Gobierno– como el PSOE –el principal partido de la oposición y estrenando líder estatal– pierden opciones de representación de diputados por la circunscripción de Balears. Los conservadores dejan entre dos o tres escaños de los conseguidos hace cuatro años, los socialistas uno. Es la prueba de que los ciudadanos de las Islas buscan en las nuevas opciones –C’s y Podemos– una alternativa a las propuestas clásicas, al menos ya conocidas, de los partidos que durante años han mantenido una posición hegemónica en la escena política española.

Sigue la dispersión. La tendencia manifestada en las elecciones de mayo persiste de cara a la cita del 20-D, donde la dispersión del voto –aunque muy arrastrado por los líderes estatales con una notable presencia mediática en las últimas semanas– da, incluso, opciones a la entrada de los ecosoberanistas de Més, que tienen opciones de sentar a su cabeza de lista, Antoni Verger, en un escaño del Congreso de los Diputados. Sería la primera ocasión que un diputado electo de un partido balear y nacionalista llegase con voz y voto a Madrid. No cabe duda de que se avecinan cambios.