El conseller de Medi Ambient, Miquel Vericad, atribuía en declaraciones a la TEF el debate sobre las cabras al «amarillismo» de algunos titulares de prensa. Seguramente a Vericad y a otros compañeros de gobierno les gustaría más el pensamiento único que, al parecer, se instaló durante tantos años en la opinión pública ibicenca. Hablemos de tiulares señor Vericad. ¿Se mataron las cabras a disparos? Sí ¿Es cierto que se exterminaron todas las cabras? Sí, así al menos informó el Govern ¿No es cierto que los técnicos de la Conselleria de Medi Ambient dejaron los cadáveres de las cabras en el islote? Sí, es cierto ¿Es falso que hubiese indignación en las redes por la decisión del Govern? Hubo muchísima indignación en las redes sociales. Por lo tanto, con estas respuestas se desmontan los argumentos «amarillistas» que defiende erróneamente y desesperadamente el conseller de Medi Ambient que, como hemos dicho, preferiría una prensa dócil que dijese y escribiese lo que su departamento de prensa dicta cada mañana.

El debate. Vericad es uno de esos políticos que quiere debate social solo cuando gobierna el PP. Así actúan él y muchos de los palmeros que aplauden sus decisiones. El debate es bueno, enriquece a la sociedad, nos permite tener más y mejor información, y los medios de comunicación jugamos un papel primordial. A este debate sobre las cabras de es Vedrà, por cierto, se sumó desde el primer día Podemos. No conviene que olvide Vericad que fue Podemos el partido que, el mismo día del exterminio de las cabras, dijo que estaba en contra de la masacre. Por lo tanto, a los primeros que debería pedir explicaciones Vericad es a sus compañeros de gobierno, a no ser que cada uno vaya por libre.

Saber estar. El problema de Vericad y de algunos miembros del actual gobierno del Consell es que no saben estar a la altura de las circunstancias, que llegaban a la política para actuar de forma diferente y, en realidad, lo hacen de forma errónea. No hace falta recordar el circo que han montado Viviana de Sans y Gloria Santiago a cuenta de la reforma de la carretera de Santa Eulària. Desde este periódico se ha repetido en varias ocasiones que no estamos en contra de sacar las cabras de es Vedrà, pero quizás hubiese habido otras fórmulas menos traumáticas y evitar así herir a una sociedad que, afortunadamente, cada vez está más sensibilizada con el derecho de los animales. Vericad debe ser uno de esos políticos que por la mañana aplaude la muerte de cabras a balazos y por la tarde se manifiesta en contra de las corridas de toros. Todo muy coherente. Pero, repetimos, el debate se ha generado desde la sociedad y este medio, guste o no, va a intentar trasladar a sus lectores lo que interesa a la gente. Calladitos seríamos más cómodos, pero ese no es el papel de un medio de comunicación.