En menos de un mes la sede del Consell d’Eivissa ha sido testigo de dos protestas contra las políticas progresistas. Decimos que la sede del Consell ha sido testigo porque, desgraciadamente, ningún dirigente político se dignó a recibir a los manifestantes para escuchar sus reivindicaciones. Cuando Bauzá gobernaba en Balears, y había protestas, el Govern, según la versión progresista, hacía oídos sordos a los ciudadanos y se negaba al diálogo. Ahora, en cambio, los que aplican la política de no escuchar las protestas son los que hasta hace menos de un año acusaban al PP de aplicar políticas sin consenso. Seguramente, como dice Vericad, las polémicas tienen muchas aristas. Es cierto, pero ni Vericad, ni el presidente del Consell, ni tampoco los otrora transparentes dirigentes de Podemos, han querido escuchar las «aristas» de los que defendían, con todo su derecho, que se pudiese evitar la matanza de es Vedrà.

Escuchar a todos. Hay muchos ejemplos en la reciente historia política que demuestran que la falta de diálogo suele pagarse en las urnas. Todos los partidos han adolecido, en algún momento, de errores por falta de diálogo con aquellas posturas que no coinciden con su ideologia. Al final, siempre, la falta de consenso tiene consecuencias en unas elecciones. Que le pregunten a Bauzá, que se negó repetidamente a buscar una solución con el polémico TIL. Sin embargo, esos mismos errores de falta de consenso, de negociación, se están produciendo ahora mismo desde el Consell d’Eivissa. No ayudan, desde luego, los mensajes de Miquel Vericad, que insistía en que nadie se había ofrecido a llevarse las cabras de es Vedrà cuando él mismo recibió una petición de un ganadero ibicenco. Solo por esa mentira, Vericad ya debería haber presentado la dimisión en cualquier pais democrático y avanzado, pero en lugar de dimitir el conseller insular se atreve a desacreditar a este medio por no seguir la línea oficial y aplaudir la matanza. E insiste en desacreditar a los vedraners. También se echa en falta una opinión, por breve que sea, del presidente del Consell, que prefiere que la polémica pase de largo para no tener que posicionarse.

Segundo aviso. El Como ya hemos dicho, el Consell ha recibido un segundo aviso en pocas semanas. Deberían analizar si es posible hacer las políticas de otra forma, intentar pactar las decisiones complicadas y, sobre todo, escuchar a todos aquellos que no aplauden las políticas del actual gobierno. De poco va a servir un departamento de Transparencia si los ciudadanos no pueden ni siquiera hablar con los actuales dirigentes políticos. Además de la opinión de Vicent Torres, también se echa en falta la otrora postura pro ciudadana de la actual vicepresidenta de Transparencia, Viviana de Sans.