El vicepresidente del Govern, Biel Barceló, ha dicho, en un artículo publicado en Diario de Ibiza, que la ecotasa será un impuesto positivo para Eivissa. Barceló destaca en su carta oficial tras la aprobación del impuesto que la sociedad ibicenca es especialmente sensible a la hora de reivindicar el turismo sostenible y añade que Eivissa ha padecido, sobre todo, la presión humana en los últimos veranos. Solo por esto ya se justifica la aplicación de la ecotasa a partir del 1 de julio.

Mensajes ambiguos. Barceló sostiene que la ecotasa será positiva para Eivissa, pero conviene recordar que su partido, precisamente, se oponía a destinar un mínimo de inversión por islas, lo que inevitablemente supondría un beneficio para Mallorca. Ha sido la presión de Podemos la que ha evitado que las principales inversiones se queden en Mallorca y que Eivissa y Formentera, de nuevo. Por lo tanto, los supuestos beneficios para Eivissa que proclama Biel Barceló se conseguirán, si finalmente así ocurre, a pesar de la oposición del propio Barceló. No parece lógico que ahora Barceló intente colgarse las medallas de las futuras inversiones que puedan venir a Eivissa.

Demonizar al hotelero. La ecotasa será una realidad a partir del 1 de julio. No hay vuelta atrás y los hoteleros, a diferencia de la primera versión del impuesto, han batallado con menos intensidad contra este tributo que cobrarán en sus establecimientos. Sin embargo, lo que hay que lamentar es que haya políticos que utilicen la tribuna de oradores para demonizar a los empresarios, acusarles de todos los males medioambientales y de todos los supuestos problemas que hay por culpa del turismo. Y que el portavoz de Més en el Parlament, David Abril, manifieste que si los hoteleros quieren dirigir la política turística de Balears que se presenten a las elecciones. Recordemos que cuando los docentes se oponían al TIL Abril era de los que decía que el Govern tenía que escuchar al profesorado. Por lo tanto, no parece adecuado que un político que cobra un sueldo público demonice a un empresariado que, guste o no, genera muchos puestos de trabajo y la mayor parte de la riqueza en las islas. Parecen olvidarlo.