La Autoritat Portuària de Balears (APB) ha decidido cortar por lo sano y rescindir el contrato firmado con la constructora Isolux Corsán por los incumplimientos en los plazos para el derribo del edificio en es Martell y la construcción de uno nuevo en esta misma zona. La APB se había comprometido a tener listo el nuevo edificio de 600 metros cuadrados antes del inicio de la temporada turística para que pudiera dar servicio a las marinas deportivas de esta zona del puerto, sin embargo, las dificultades financieras y de liquidez de la constructora han decidido al ente portuario a poner fin a la relación contractual entre ambas partes de manera precipitada con el objetivo de volver a sacar a concurso la construcción de esta infraestructura este mismo mes.

Decisión acertada. La APB ya sabe que el nuevo edificio no estará listo para este verano pero quiere que el retraso en las obras sea el mínimo posible, por lo que la decisión tomada es la correcta. Sin embargo, Autoritat Portuària deberá apretar para que la zona esté limpia de escombros antes de la llegada masiva de turistas. Una vez terminada la temporada estival, será el turno de volver a poner en marcha la maquinaria para levantar el nuevo edificio y causar las menores molestias posibles a los residentes en el barrio de la Marina.

El puerto, debate continuo. El puerto de Vila es la infraestructura que más debate genera en la ciudad, incluso por los ciudadanos que no viven en ella pero que tienen que tienen que atracar sí o sí en la bahía a diario, como muchos formenterenses. Por esta razón todo lo que ocurre en esta zona provoca reacciones de todo tipo entre los amplios sectores afectados. Una idiosincrasia que el ente portuario debe tener en cuenta si no quiere que algunos se le echen encima por alguna de sus decisiones, aunque en este caso, como en casi todos los episodios, es imposible contentar a todo el mundo.