El próximo 26 de junio se repetirán las elecciones en España. Se ha vivido la legislatura más breve de la historia reciente de este país ante la incapacidad de los partidos políticos de alcanzar un pacto de gobierno. Sin embargo, el panorama político sigue igual. Los partidos lanzan los mismos mensajes de antes de la convocatoria electoral y en lugar de caminar hacia un entendimiento que acabe con el bloqueo institucional se ha optado por mantener el mismo guión de antes la convocatoria: no hay ni un solo guiño para un acuerdo institucional.

Sorpasso. Podemos aspira a convertirse en la primera fuerza de la izquierda y, para ello, intenta un acuerdo con Izquierda Unida, si bien todavía está pendiente del reparto en las listas electorales. Los votos de Podemos y los de Izquierda Unida pueden ser decisivos para superar a los socialistas, si bien en política no siempre dos más dos hacen cuatro. Habrá que ver cómo se desarrolla la campaña electoral, pero si Podemos supera a los socialistas la situación cambia radicalmente. El PSOE ya no tendrá el protagonismo que ha tenido en las últimas negociaciones y se puede ver obligado a inhibirse para permitir un gobierno presidido por Rajoy. Sin embargo, aún queda mucho por delante y es muy precipitado asegurar que los socialistas dejarán de ser la segunda fuerza política.

Acuerdo. Pase lo que pase, los partidos están obligados a alcanzar un acuerdo para evitar unas terceras elecciones generales. Los ciudadanos no entenderían el desacuerdo entre las principales fuerzas políticas. De hecho, en las elecciones del día 26 de junio la abstención es un riesgo que hay que tener en cuenta. La decepción de los ciudadanos es muy alta y es previsible que ello signifique que miles de votantes no quieran ni acudir a las urnas en los próximos comicios. Los partidos políticos se han ganado a pulso esta situación. Y el malestar es tal que los ciudadanos, previsiblemente, responderán con la abstención, un mal indicio para la democracia. Pero los votantes no son los culpables. Hay que buscar responsables entre los líderes políticos.