Este periódico publicaba ayer un reportaje donde podía verse a los taxistas ‘pirata’ en plena acción en el aeropuerto de Eivissa, a la luz del día. Un año más, estos transportistas fraudulentos campan a sus anchas en el aeropuerto ibicenco sin que las autoridades hagan nada efectivo para solucionar un problema que crea muy mala imagen para las Pitiüses y que se repite un año tras otro. Los ‘piratas’ no se esconden. Trabajan a la luz del día, en una de las puertas de salida del aeropuerto, y habitualmente actúan cuando saben que hay muchas llegadas internacionales ya que también saben que los turistas que llegan del extranjero son más fáciles de convencer para usar taxis no reglados. Se citan en grupos de tres o cuatro, captan al cliente, van a pagar el ticket del parquin, y acompañan al turista hasta su destino. Así de fácil.

Todo sigue igual. Pese a los anuncios de controlar el transporte ilegal, la situación en Eivissa sigue igual que el año pasado. Los ‘pirata’ se sienten intocables porque saben que la acción de la administración es limitada y la infracción es difícil de demostrar. El exconseller Joan Boned anunció durante su etapa al frente de la Conselleria de Transports que habría cambios legislativos para solucionar el problema, pero todo sigue más o menos igual que el año pasado. Los avances son mínimos.

Muy mala imagen. Como ya hemos dicho en algunas ocasiones, la imagen que dan los taxistas ‘pirata’ a Eivissa es muy negativa, es de una isla donde se pueden cometer infracciones, vulnerar la ley, y no hay represalias legales. Esta no es la imagen de Eivissa que necesita la isla. Y lo que sí es urgente es adoptar medidas contundentes, no parches, para intentar que el verano que viene los ‘pirata’ no sigan operando a la luz del día en el aeropuerto de Eivissa. Las fotografías que publicábamos ayer son una evidencia de que todo sigue igual. También es cierto que no hay taxis suficientes para cubrir la demanda de los meses de julio y agosto, algo que reconoce la propia consellera de Transports, Pepa Marí. En definitiva, que los problemas se repiten este verano y no parece que nadie tenga la llave mágica para acabar con los taxistas ‘piratas’.