El asunto de los alquileres turísticos es un asunto de importancia capital para mucha gente. También para la industria turística de nuestra comunidad autónoma, pues muchos de los turistas que nos visitan optan por esta oferta en auge y que es una alternativa a la oferta hotelera tradicional. Así pues no siendo algo banal ni intrascendente, resulta desconcertante que el Partido Socialista no unifique su posición política y cada cual pueda opinar y hacer lo que le parezca. Un partido que gobierna –aunque sea con el apoyo de otros partidos– en las principales instituciones de Balears y de Eivissa, debe mostrar un discurso más serio y coherente en los asuntos de relevancia.

Ley Turística. En Mallorca la presidenta del Govern, Francina Armengol, se ha comprometido a regular el alquiler turístico, para lo cual deberá modificarse la Ley General Turística (más conocida como Ley Delgado) aprobada durante la legislatura pasada. Así figura en el acuerdo de gobernabilidad suscrito entre PSIB, Més y Podem, sin embargo no se especifica cómo ni en qué sentido, aunque parece que se inclinan en regular unos parámetros mínimos de calidad, de forma que no cualquier inmueble se pueda destinar a alquiler turístico. Pero según tiene dicho el vicepresidente del Govern y conseller de Turismo, Biel Barceló, los ayuntamientos y consells insulars serán decisivos.

Decisión. En Eivissa el alcalde de Sant Josep sería proclive a permitir pisos turísticos en Platja d’en Bossa, pero no así el Ayuntamiento de Vila que se opone a su legalización. Y ello mientras se desarrolla una campaña de inspección de alquileres turísticos por parte del Consell d’Eivissa, que contempla sanciones de hasta 40.000 euros a los infractores, pese a que los socialistas en el Consell se quedaron solos ante la posición común de PP y Podem-Guanyem de pedir al Govern que no se regularicen los pisos turísticos. En este contexto se hace necesario que el PSOE se decida de una vez y mande un mensaje único y sin ambages a la ciudadanía. Deben aclarar cuál es el modelo con el que están a favor, porque no es razonable que en Sant Josep se diga una cosa y en Vila la contraria.