El barómetro de intención de voto del CIS, el último antes de las elecciones del 26 de junio, supone una auténtica debacle para el PSOE. De confirmarse los resultados, en Balears les supondría quedarse únicamente con un escaño, los mismos que Ciudadanos, frente a los tres del PP y de Unidos Podem Més, la coalición electoral que integran Podem, Més y Esquerra Unida. La suma de los votos de estas tres fuerzas en Baleares podría doblar al PSOE, empatando con el PP, al que aspiran a superar y ser la candidatura más votada. La consecuencia más inmediata para las Pitiüses es que la hasta ahora secretaria general adjunta del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso, Sofía Hernanz, pedería su escaño y únicamente habría un diputado ibicenco en la Cámara Baja, lo cual objetivamente es una muy mala noticia para Eivissa y Formentera. Lamentablemente la lista de Unidos Podem Més no incorpora al formenterense Artur Parrón hasta el quinto puesto de la candidatura, lo que hace prácticamente imposible que pueda lograr el acta de diputado.

Preocupación. Aunque Hernanz manifestó no sentirse preocupada, de confirmarse el pronóstico tiene motivos para estarlo. También la presidenta Francina Armengol, que vería cómo sus socios de gobierno (Més) y el partido que le da su apoyo desde fuera en el Parlament (Podem), la superan ampliamente en número de votos y su liderazgo y su autoridad como presidenta del Govern queda seriamente en entredicho. Los grandes beneficiados de la repetición electoral habrán sido los de Pablo Iglesias y así se comprenden mejor las condiciones draconianas que imponía el líder de Podem al PSOE, con una arrogancia inasumible por Pedro Sánchez.


Riesgo. El PSOE se juega la vida misma en estas elecciones. Aunque sus dirigentes continúan con sus diatribas contra el PP y contra Mariano Rajoy, el torpedo contra su línea de flotación les viene disparado desde su flanco izquierdo y desde tan cerca que ya parece imposible esquivarlo. La primera víctima puede ser Sofía Hernanz, pero el riesgo es mucho mayor y el PSOE puede acabar siguiendo los pasos del Pasok griego, cayendo en la irrelevancia absoluta.