El Comité Federal del PSOE reiteró la negativa de su formación política a prestar algún tipo de apoyo a Mariano Rajoy para que logre la investidura a presidente del Gobierno. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, manifestó que es el candidato del PP el que tiene la obligación de lograr los votos suficientes en el Congreso para la reelección al cargo, pero en ningún caso con el concurso de la bancada socialista que considera que tiene que asumir su papel en la oposición durante la próxima legislatura. De este modo, Sánchez niega el apoyo a Rajoy, pero también renuncia a explorar cualquier opción –aunque remota– de encabezar una coalición de fuerzas de izquierda para alcanzar el Gobierno.

También no a Podemos. Y es que Pedro Sánchez, alineado con las tesis de los principales dirigentes territoriales del PSOE –entre los que destaca la andaluza Susana Díaz– simultánea la negativa al PP con la de un eventual entendimiento con Podemos, el partido de Pablo Iglesias. Las diferencias surgidas tras las elecciones del 20-D se han acrecentado tras los comicios del 26-J entre Sánchez e Iglesias, los cuales ya han alcanzado posiciones casi irreconciliables tanto personales como políticas. Cabe señalar que Francina Armengol, en nombre del PSIB-PSOE, siempre ha defendido una aproximación entre socialistas y podemitas, una opción que también le ha ocasionado críticas internas a la política balear.

Presión sobre Rajoy. Con el no asegurado de los socialistas, Mariano Rajoy está obligado a negociar con Ciudadanos y Albert Rivera para conseguir su apoyo en la sesión de investidura, además de replantear sus cesiones frente algunos grupos nacionalistas –posiblemente el PNV– para que accedan a una abstención que posibilite la reeleción al cargo. Los principales protagonistas del juego político español tratan de rentabilizar sus bazas, conscientes de que cualquier combinación no evita una salida inestable de la situación.