Como publicó este periódico el sábado, Pedro Sánchez había interrumpido sus vacaciones en Eivissa para hacer una rueda de prensa en el puerto de Vila para volver a decir ‘no’ a Mariano Rajoy. Sánchez llegó el jueves a la isla y se instaló en un lujoso agroturismo de Sant Miquel. El viernes, tras la rueda de prensa y el paseo por la Marina, Sánchez volvió a su refugio estival. Y el sábado, Sánchez, su esposa y sus dos hijas se acercaron hasta ses Salines, donde fueron fotografiados mientras disfrutaron de un día de playa. Las redes sociales reaccionaron ayer con duras críticas contra Sánchez, a quien recordaron que mientras se está negociando un futuro gobierno él prefiere irse de vacaciones.

Una excusa. Sánchez decidió hacer una rueda de prensa en Vila para no decir nada nuevo. Su ‘no’ a Rajoy ya es algo más que sabido, pero Sánchez convocó a toda la plana mayor del socialismo balear e ibicenco para dar una rueda de prensa con pocas novedades y, posteriormente, protagonizar un paseo por la Marina. Junto a él, Francina Armengol, que se desplazó desde Palma, Vicent Torres, presidente del Consell d’Eivissa, y la consellera de Presidencia, Pilar Costa. Precisamente, Costa reaccionó con un tuit a una crítica de este periódico sobre la sorprendente convocatoria de dirigentes mallorquines a la rueda de prensa de Sánchez. Costa recordaba que Armengol es presidenta de Balears y que viaja con frecuencia a las Pitiüses. Es cierto, pero el viernes lo hizo para asistir a un acto político irrelevante y de carácter partidista. No era un tema de gobierno. Mucho séquito para muy poco contenido político. Sánchez hubiese podido irse de vacaciones al agroturismo de Sant Miquel sin necesidad de hacer unas declaraciones en las que no aportó nada nuevo.

Muchas críticas. Y, evidentemente, las críticas no se han hecho esperar. Las redes sociales arremetían ayer con dureza contra el líder socialista por irse de vacaciones cuando se está negociando la gobernabilidad del país. Es cierto que Sánchez no contempla ser presidente, pero también es cierto que los políticos deben guardar las formas. Y Sánchez se ha equivocado en las formas, en estar disfrutando en la costa ibicenca mientras se está intentando desbloquear la situación política española.