El asesinato el sábado de Ada Graciela Benítez, que fue acuchillada por su expareja, ha vuelto a reavivar el debate sobre la violencia de género y las medidas que adoptan las administraciones para evitar estos hechos. Ayer, el local en Ibiza donde trabajaba la mujer asesinada fue escenario de un homenaje improvisado por parte de todos aquellos que conocían a Ada y que no podían comprender lo ocurrido. Ahora el objetivo es volcarse para que el cuerpo de Ada sea repatriado a Paraguay, donde la mujer tenía familia y una hija que nunca más podrá reencontrarse con ella. Estamos seguros de que el pueblo ibicenco responderá a la llamada de la comunidad paraguaya y se recaudará el dinero para que el cuerpo de Ada se pueda repatriar a Paraguay.

Evitar. La muerte de Ada Graciela vuelve a reabrir el debate sobre las medidas de prevención que deben implantarse desde las administraciones para evitar más agresiones y muertes. Sin embargo, hay que recordar que Ada Graciela no había presentado ninguna denuncia contra su expareja y se trataba, en principio, de una ruptura amistosa. Si algún amigo o familiar tenía constancia de que la situación podía agravarse tenía la obligación cívica de avisar a la víctima e, incluso, de presentar una denuncia ante la Policía. No se dio ninguno de estos pasos y, desgraciadamente, Ada fue asesinada en su casa por su antigua pareja, que horas después se despeñaba por los acantilados de es Vedrà. Una historia realmente trágica.

Medidas eficaces. ¿Cómo se puede evitar que un hombre enloquecido de rabia pueda coser a cuchilladas a su expareja? Es una respuesta difícil de responder, sin duda, pero hay muchos problemas sociales que seguramente se resolverían con más educación, incidir en la parte cívica de la sociedad, recuperar ciertos valores que se han ido olvidando con los años, pero sobre todo aceptar la voluntad individual, especialmente de las mujeres, en una sociedad que cada día debe avanzar en la igualdad de género. Más prevención sí, como decía la portavoz de Dones Progresistes, pero hagamos entre todos una sociedad más tolerante. Mientras no se den pasos en este sentido, cada cierto tiempo, por desgracia, habrá que lamentar muertes como las de Ada Graciela Benítez.