La suerte emparejó ayer al Formentera con el Sevilla en los dieciseisavos de la Copa del Rey de fútbol. En la menor de las Pitiusas todos querían que los jugadores del Real Madrid o del Fútbol Club Barcelona fueran los que pisaran el césped artificial del campo municipal de Sant Francesc el próximo 30 de noviembre pero se tendrán que conformar con la plantilla confeccionada por ‘Monchi’ y dirigida por el argentino Jorge Sampaoli. Que no es poca cosa. Cabe recordar que los sevillistas son los vigentes campeones de la Europa League, una competición que han ganado en cinco ocasiones en la última década y que les ha dado la oportunidad este año de jugar la Liga de Campeones.

A la altura. La hazaña del equipo de Tito García Sanjuán, que ha conseguido superar a tres equipos de categoría superior, quedará escrita en una de las páginas de la historia del fútbol en este país. A tenor de que el gran objetivo de la temporada es, como mínimo, clasificarse para el play off de ascenso a Segunda B, la plantilla del Formentera debería tomarse esta eliminatoria contra los sevillistas como un premio extraordinario a su esfuerzo. Además, tendrán la oportunidad de jugar en un estado como el Ramón Sánchez Pizjuán, uno de los históricos de nuestro fútbol. Eso sí, la directiva debe intentar sacarle el máximo rendimiento a la visita del Sevilla a finales del mes que viene, por lo que sus máximos esfuerzos deberán centrarse ahora en acondicionar el municipal de Sant Francesc para que quepa cuanta más público mejor y el club pueda estar a la altura de lo que esta competición y sus socios y aficionados se merecen.

Ayudas públicas. Para ello es evidente que tendrá que contar con el apoyo del Consell de Formentera y del Govern balear (la afición ya sabemos que nunca falla). Los medios nacionales pondrán el foco en la isla como nunca y la imagen de Formentera saldrá reforzada si este acontecimiento deportivo –dejando de lado el resultado– se salda de manera satisfactoria. Hay tiempo de sobra para no dejar ningún cabo suelto.