Lo primero que suelen hacer los políticos cuando asumen un cargo es ser conscientes de la responsabilidad que asumen. No tiene el mismo foco mediático un ciudadano cualquiera que un político. Esto ha sido así siempre, pero Pablo Valdés se considera al margen de esta norma. Valdés cree que puede decir las mismas barbaridades ahora, que ocupa un puesto relevante en el Ayuntamiento de Sant Antoni, que cuando era un ciudadano normal y corriente. Y que un perfil social (la misma palabra lo dice, social) es privado. Con estas ideas ya conocemos lo ocurrido. Varios concejales se mofaban de la policía local por no tener ropa de invierno. Y lanzaba acusaciones falsas sobre este periódico, que esperamos que pueda demostrar en las próximas horas. Valdés llega a decir que dirigentes del PP son accionistas de este periódico. Aún esperamos una disculpa, igual que los policías locales.

La deriva. Son preocupantes las frases despectivas de Valdés y sus compañeros de gobierno, pero quizás es más grave la reacción del alcalde de Sant Antoni, Pep Tur Cires, que anuncia su apoyo a los ediles si bien admite que los comentarios fueron desafortunados. En un comunicado de prensa negaba que los policías locales no tuviesen ropa de invierno, pero el pasado sábado se publicó en el BOIB el anuncio para comprar la vestimenta. Sin duda, pesa más un anuncio en el BOIB que una declaración para salvar un gobierno municipal. El encargo de la ropa se hizo la semana pasada y los uniformes no estarán disponibles hasta el mes que viene. Por lo tanto, el Ayuntamiento ha mentido.

Radicalidad. El problema del gobierno de Sant Antoni es la radicalidad en la que se ha instalado desde el inicio de la legislatura. No se aceptan las críticas y es habitual que los concejales se enfrenten a los ciudadanos que cuestionan su gestión. Es corriente también que Valdés ningunee a este periódico desde su perfil de Facebook, cada vez que no le gusta una noticia. Este no es el camino para un gobierno razonable. La radicalidad se ha impuesto en Sant Antoni. Y el alcalde lo está permitiendo. El PI, ni está ni se le espera.