Pablo Valdés acudió el viernes al mediodía al retén de la Policía Local de Sant Antoni para disculparse por sus comentarios soeces en las redes sociales. Lo hizo acompañado por el alcalde, Pep Tur ‘Cires’, y por Aída Alcaraz, concejala de Gobernación. En el retén, Valdés y sus compañeros de gobierno apenas se reunieron con media docena de agentes. Todos los demás, más de 40, no estaban. Le dieron la espalda a Valdés porque, según fuentes consultadas, las disculpas habían llegado muy tarde. Sin duda, había pasado una semana desde que este periódico informarse sobre los lamentables comentarios en su perfil de Facebook..

Necesarias disculpas. Cuando alguien se equivoca tiene que disculparse. Pero parece que a Valdés le ha costado hacerlo. Este asunto, sin duda, ha estado muy mal gestionado desde el primer momento. El alcalde de Sant Antoni, al estallar la polémica, no tuvo cintura suficiente para evitar males mayores. Prefirió marcharse a la feria de Londres antes que tomar cartas en el asunto. Los policías, evidentemente, están molestos. No acaban de comprender que personas con tan alta responsabilidad políticaen el municipio puedan ser tan frívolas en las redes sociales, actuar con tan poco respeto. Ese ha sido el modus operandi de Valdés en las redes sociales, ahora y antes de ser teniente de alcalde.

Imagen dañada. Tendrá que pasar algo de tiempo para valorar mejor de qué forma ha afectado esta crisis en el gobierno de Sant Antoni, que tiene toda la legitmidad para gobernar, pero que en lo que llevamos de legislatura da síntomas de actuar por impulsos, con prepotencia en algunos casos, y es demasiado dado a generar polémicas. Resulta sorprendente que Cires, una persona aparentemente moderada, no haya sido capaz de hacer entender a algunos de sus concejales que deben evitar las broncas permanentes porque lo único que hacen es dañar la imagen de la institución, desprestigiarla.