La actual presidenta del Parlament, Xelo Huertas, tendrá que dejar el cargo en las próximas semanas después de haber sido expulsada de su partido, Podemos, por un caso de presunta corrupción, según palabras utilizadas en el seno de la formación morada. El ‘delito’ de Huertas ha sido intentar influir para que un compañero suyo de partido mantenga una ayuda para investigación. Para conseguir este objetivo, Huertas amenazó con votar en contra de los presupuestos del Govern del año próximo. Quizás hablar de corrupción es exagerado por cuanto Huertas solo intentó influir y, de hecho, no ha llegado a consumar su amenaza de votar en contra de los Presupuestos, pero aún así tendrá que dejar el cargo de presidenta de la Cámara.

Mala imagen. Sin duda, el caso Huertas está causando un gran deterioro a la imagen institucional del Parlament. Por un lado, que la presidenta sea expulsada de su partido y acusada de corrupción es un elemento preocupante. Por otro, habrá que elegir a un nuevo presidente o presidenta. Podemos, consciente de su escaso ‘banquillo’ para ocupar el cargo, está dispuesto a ceder el puesto a un diputado de otro partido. Como consecuencia de ello, Huertas será expulsada al grupo mixto junto a su compañera Montse Seijas. No es una cuestión baladí que la segunda autoridad política de Balears sea expulsada del cargo por corrupción cuando no llevamos ni la mitad de legislatura.

Elegir mejor. El caso de Huertas plantea un asunto de gran importancia. Los cargos políticos tienen que ser elegidos con mucho cuidado. Hay que tener en cuenta su pasado político, sus virtudes, pero también si el político en cuestión está preparado para ocupar un cargo de tanta importancia. En el caso de Huertas, y a la vista está, se ha demostrado que no se ha elegido a la persona con la preparación adecuada para ocupar un cargo de tanta importancia. Sus salidas de tono en los últimos días han sido lamentables. Por este motivo, se ha desatado esta tormenta institucional. Por ello, las instituciones están cada vez más deterioradas y con tan mala imagen ante el ciudadano. El ridículo que están haciendo los partidos del Pacte con el asunto Huertas es histórico, pero mucho nos tememos que no somos conscientes de ello.