La Conselleria de Turismo difundió hace unas semanas la ley de pisos turísticos. Desde entonces, ningún sector afectado ha mostrado su apoyo. Se trata, por lo tanto, de una ley que nace muerta antes de empezar su tramitación parlamentaria, y que demuestra la incapacidad de la administración para resolver este problema. Ni el Govern de Bauzá supo afrontar la situación ni ahora tampoco el Ejecutivo de Armengol plantea una solución que busque solucionar el conflicto.

Vila, en contra. El alcalde de Vila, Rafel Ruiz, ha sido contundente a la hora de dar su opinión sobre la ley. Ruiz explicó que el uso turístico en suelo residencial en Ibiza es inviable, y que él mismo se lo ha explicado al vicepresidente del Govern, Bel Barceló. «El borrador no nos satisface», admitió Ruiz. Además, el primer edil de Vila exige que la capital pitiusa se equipare a Palma a la hora de poder establecer qué zonas son aptas para acoger pisos turísticos. Ruiz ha recordado que Vila también es una capital y ha añadido que hay muchos problemas para acceder a la vivienda, un asunto que se ha convertido en un drama para muchas familias, no solo en Vila, sino también en resto de municipios ibicencos y en Formentera.

Soluciones. Ya son muchos los expertos que advierten de que los pisos turísticos están amparados por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). De hecho, incluso desde el propio Govern asumen que si no cambia la LAU existe vía libre para poder alquilar pisos a turistas, por el sencillo hecho de que esta ley no contempla un número mínimo de días de alquiler. ¿No sería mejor regular un tiempo mínimo de alquiler (seis meses, por ejemplo) y se evitaría que haya propietarios que tengan la tentación de alquilar sus casas a turistas? Porque el problema ahora mismo es que hay residentes que dejan sus pisos en verano, se van a casas de familiares, para poder sacar un buen rendimiento económico en verano. Mientras tanto, el debate sobre la ley del Govern parece ya moribundo y nadie afronta el problema desde la óptica más rápida y viable.