La expulsión de Xelo Huertas puede provocar una grave crisis institucional en el Parlament en el inicio del próximo año. El propio portavoz de Podemos, Alberto Jarabo, anunció el jueves que la presidenta de la Cámara balear dejaba de pertenecer a la formación morada y, por lo tanto, se iniciarán los trámites para que abandone el cargo. Huertas ha contestado de una forma inédita: ha dicho que no tiene intención de dimitir y, de momento, se va de vacaciones. Ha decidido atrincherarse en el cargo, si bien el Reglamento del Parlament prevé situaciones como ésta. Si Podemos lo solicita, Huertas deberá ser obligada a renunciar a la presidencia.

Crisis. El problema se ha producido en el momento en que Podemos ha decidido trasladar su crisis interna a las instituciones. Es una irresponsabilidad por parte de Jarabo y de aquellos dirigentes que le han apoyado intentar desestabilizar el Parlament con un asunto que parece menor. Porque no conviene olvidar que a Huertas se la ha acusado de corrupción por anunciar un voto en contra a los presupuestos. Ni siquiera llegó a consumar su amenaza. Sin embargo, parece que a Jarabo le molesta Huertas y por ello prefiere que Podemos pierda dos diputados, que ahora se irán al grupo mixto.

La Cámara. No se puede permitir que una crisis interna provoque esta inestabilidad interna en la Camara balear y que ponga en riesgo el prestigio del Parlament. En más de 30 años de legislatura, la política balear ha visto muchas situaciones, pero el atrincheramiento de Huertas en el cargo no tiene precedentes. Y el empecinamiento de Jarabo en romper Podemos y perder diputados, tampoco. Por eso convendría saber si las acusaciones de Huertas contra Jarabo por sus posibles negocios vinculados a IB3 son reales. La comparecencia del director general del ente, Andreu Manresa, poco aportó al respecto. Falta información y debe darse con urgencia, pero lo que sobra es irresponsabilidad ante un auténtico esperpento político que amenaza la estabilidad del Parlament y también del pacto de gobierno.