El último informe anual de Cáritas Diocesana de Ibiza y Formentera es un baño de la realidad que se vive en una isla que mueve millones de euros al año gracias al sector turístico y a la iniciativa empresarial privada. La entidad atendió sólo el año pasado a unas 1.500 personas, la misma cifra que hace cinco años en plena crisis económica. Además, reparten 90 menús diarios y entre las diferentes sedes parroquiales y centros de Cáritas el año pasado repartieron 100 toneladas de alimentos a un total de 6.600 beneficiarios y superaron los 30.000 menús servidos en el centro de la calle Felipe II de Vila. La entidad constata, además, una nuevo perfil de usuario que acude a pedirles ayuda: la persona que tiene trabajo, pero no llega a final de mes porque dedica buena parte de su sueldo a pagar la vivienda. A estas cifras aportadas por Cáritas hay que sumar quienes no acuden a esta entidad ni a otros servicios sociales municipales para pedir ayuda, por lo que la cifra de personas con apuros económicos o sin hogar previsiblemente sea mucho más elevada.

Contraste. Las cifras aportadas ayer por Cáritas contrastan con los grandes números que mueven Ibiza y Formentera. El año pasado, el PIB pitiuso fue, un año más, el que más aumentó con un crecimiento del 3,9% frente al 3,5% de la media balear, según la patronal CAEB, y para este año se espera que la economía pitiusa crezca un 2,6%, según un estudio del BBVA. Los turistas que eligieron el año pasado las Pitiusas para sus vacaciones gastaron un total de 2.680 millones, un 11% más que en 2015. Se trata sólo de algunas grandes cifras económicas que no alcanzan lo suficiente a esa parte de la sociedad que acude a pedir ayuda a Cáritas.

Problema alarmante. Los responsables de Cáritas alertaron ayer de que las personas en riesgo de exclusión social, sin hogar o en situaciones de vulnerabilidad económica seguirán aumentando e incluso advirtieron de que el centro de baja exigencia de es Gorg y el nuevo albergue de Vila no serán suficientes. Es necesario que la sociedad y, sobre todo, las instituciones se impliquen más en ayudar a sus vecinos, compañeros o conocidos ya que se trata de situaciones difíciles que podría vivir cualquier persona.