Un canal de televisión nacional emitió anteanoche un reportaje sobre el problema de los taxis pirata en Ibiza. La periodista consiguió introducirse en uno de estos vehículos y confirmar que le cobraron hasta tres veces más lo que cuesta el trayecto con un servicio legal. Y, además, el taxista le ofreció droga durante el camino. La consellera de Transports del Consell d’Eivissa, Pepa Marí, se limitó a explicar el problema y a pedir más efectivos policiales para acabar con esta práctica fraudulenta.

Muy mala imagen de Ibiza. De nuevo la imagen de Ibiza vuelve a quedar por los suelos por culpa de un reportaje que, lamentablemente, no hace más que reflejar un problema más que conocido en la isla. La actividad de los ‘piratas’ lleva produciéndose durante años sin que se haya hecho nada destacable ni que permita asegurar que la actividad ha disminuido. Por el contrario, como indica el reportaje, una mujer conocida como ‘La Rumana’ exhibe sus vehículos por las redes sociales y cuenta ya con una flota de taxis pirata que operan desde el aeropuerto con turistas. Basta acudir cualquier día al aeropuerto para reconocer a los taxistas pirata, que se instalan junto a los taxis legales a la caza y captura de sus clientes. Lo hacen a la luz del día, sin ningún tipo de problema, a cara descubierta. Los personajes que frecuentan el aeropuerto de Ibiza son archiconocidos por el personal de es Codolar. Pero nadie hace nada. Todo sigue igual. Ni el Consell d’Eivissa, ni la Guardia Civil, ni la Policía ni el Ayuntamiento de Sant Josep,ni el Govern, han conseguido atajar esta actividad que tan mala imagen da de la isla.

Competencias. No parece que echar las culpas a otras instituciones sea la mejor manera de arreglar el problema. Es lo que hizo la consellera Pepa Marí ante los micrófonos del canal de Televisión. Si el Consell quiere ser realmente el gobierno de Ibiza, que lo es, debe promover y liderar un plan de choque para acabar con esta actividad. Basta de excusas. Pónganse a trabajar en serio porque, de momento, los resultados de las tan anunciados planes de choque son un fracaso total y absoluto.