El Tribunal Superior de Justicia ha decidido aceptar el recurso del promotor de Punta Prima y el presidente del Consell de Formentera, Jaume Ferrer, y varios de sus consellers acudieron a declarar por videoconferencia a los juzgados de Ibiza. Se trata de una disputa legal entre un promotor y una institución, habituales en la administración, pero que en Formentera han alcanzado otra dimensión muy diferente. El Consell de Formentera considera que no hay que informar de que su presidente acuda a declarar ante un juez. No entiende que sea una noticia relevante y por ello decidió ocultarlo durante días. Algunos medios también estaban al corriente de ello pero, en la línea habitual de compadreo subvencionado que existe en Formentera, también lo ocultaron hasta que no les quedó más remedio que informar de las declaraciones en el juzgado de Ibiza.

No estaba cerrado. Cuando se archivó el ‘caso Punta Prima’ en abril el Consell de Formentera lanzó las campanas al vuelo e hizo una nota de prensa sin ninguna mesura sobre el asunto. Sin pensar que el tema aún podía recurrirse, la institución opinó del archivo como si el tema ya estuviera muerto judicialmente, pero no ha sido así. El Tribunal Superior de Justicia de Balears ha ordenado reabrirlo y el promotor de Punta Prima ha decidido fichar como abogado al exfiscal anticorrupción Pedro Horrach, un jurista con mucha experiencia y que da una nueva dimensión al asunto. Habrá que ver cómo se desarrolla el conflicto jurídico, que vuelve a convertir como investigado al presidente del Consell y a varios de sus consellers.

La gravedad. Pero lo más sorprendente de este episodio es la opacidad del Consell de Formentera al no informar sobre el encuentro de medio gobierno con la jueza que instruye el caso. No queremos ni imaginarnos lo que hubiese dicho la izquierda si algún dirigente del PP hubiera acudido a declarar y la institución en cuestión tapase el asunto. Pues en Formentera ha ocurrido esta semana. No querían la foto de Ferrer y sus consellers en los juzgados cuando en abril estallaban de euforia por el archivo de una causa que ahora ha vuelvo a reabrirse. Al margen de este asunto judicial, los ciudadanos de Formentera deberían reflexionar si se merecen una institución donde existe una opacidad tan extrema. En una etapa en la que se presume de transparencia, Formentera vive en un mundo paralelo. Sus ciudadanos no se lo merecen.