El manifiesto lanzado por un centenar de miembros de Podemos encabezados por Laura Camargo, líder anticapitalista, para frenar el proyecto de desdoblamiento de la carretera Campos-Llucmajor, conocida como ‘de la muerte’ por el gran número de accidentes que se producen, es un intento de desprestigiar a sus compañeros de partido dentro del Consell de Mallorca, que han aprobado el proyecto juntamente con los demás partidos del Pacte. El objetivo de Camargo es claro: ganar posiciones de cara al congreso de la formación y darle la victoria al sector más radical, que ella encabeza.

Nuevo conflicto.
La ristra de conflictos que ha padecido Podemos en la actual legislatura llevan a menudo el sello de Camargo. Primero logró descabalgar a Xelo Huertas de la presidencia del Parlament por unas supuestas irregularidades en torno al científico Bachiller que judicialmente han acabado en nada. Para ello contó con el apoyo del secretario general, Alberto Jarabo. Pero luego le llegó su hora al propio Jarabo. Camargo le dejó abandonado al saberse que realquilaba en verano su apartamento en Son Serra de Marina. Ahora parece que le toca el turno a los miembros de Podemos en Mallorca, los únicos con capacidad de hacer sombra a Camargo en el congreso.

Apuesta por la radicalidado.
Si no hubieran bastado todos los conflictos, parece evidente que Camargo, que tiene el apoyo de todos los diputados ibicencos, va camino de situar a Podemos en el extremo más radical del arco parlamentario. Eso no será positivo ni para la gobernabilidad del gabinete de Armengol, pero tampoco para la política balear en general. Los posicionamientos de Podemos no es que sean radicales sino que se alejan mucho de la realidad y del sentido común. Basta echar la vista atrás y recordar la postura érrática de los podemitas con la ley de pisos de alquiler, un bodrio legislativo que no sirve para nada. Con Camargo al frente de Podemos parece que las cosas solo pueden ir a peor.