El líder de Reinicia, Pablo Valdés, habló ayer por fin sobre la crisis del tripartito. Se esperaba una versión más convincente, pero se dedicó a tirar balones fuera y, como también era previsible, atacar a este periódico sin citarlo. Recordemos los acontecimientos. El domingo 10 de agosto se publicaba en este medio que había crisis en el tripartito por las terrazas. Tras unos días de silencio, este periódico volvería a informar del asunto para anunciar que Juanjo Ferrer había sido apartado del caso y que se planteaba dimitir. El lunes, reunión del PI donde Ferrer anuncia su dimisión y la formación regionalista pide que se reescriba el pacto de Sant Antoni. Esa misma tarde, el alcalde dice que Ferrer quería beneficiar a determinados restaurantes. Ayer, Pablo Valdés salió a escena para dar otra versión, pero muy poco creíble.

No pasa nada. El objetivo del Ayuntamiento de Sant Antoni ha sido devaluar todo este asunto desde el primer día. Se ha dejado de informar e incluso se ha tapado la crisis. Todos los funcionarios municipales conocían lo que ocurría mientras el tripartito lo negaba de puertas para afuera. Este periódico ha intentado contactar con Valdés en varias ocasiones sin éxito. Ayer se quejaba el dirigente de Reinicia de que no se han contrastado las informaciones. Falso. Había documentos que acreditaban que Ferrer había sido desautorizado en sus funciones. El decreto que retiraba las competencias a Ferrer era una prueba irrefutable de que se le había enviado al ostracismo político. Ayer, en un ejercicio de caradurismo político, Valdés aseguraba que dichos decretos para ampliar los horarios de las terrazas los había paralizado a petición del propio Ferrer. O Valdés o Ferrer mienten. Valdés se aferra a un clavo ardiendo al decir que Ferrer se había ido por motivos personales. Sin duda, una excusa demasiado utilizada y que nadie se cree. Que Valdés vaya ahora al PI, que ha exigido que se reescriba el tripartito, y les diga que no ha pasado nada, que todo ha sido un invento de este periódico. Que vaya ahora Valdés al PI y también les diga que los decretos que ellos quieren recuperar los anuló a petición de Ferrer. Inverosímil todo. Lo que hace Valdés al desviar la atención y atacar a este medio es demostrar su debilidad, como ya hizo con la crisis de los uniformes y la Policía. Al final, ya conocen la historia. Tuvo que ir al cuartel y a disculparse por sus meteduras de pata. Salió en un Mercedes, y parece que ahí quiere seguir cómodamente lo que resta de legislatura.