Este periódico publicó este jueves que el alcalde de Sant Antoni, Pep Tur ‘Cires’, había aprobado un decreto por el cual autorizaba que las terrazas del municipio puedan estar operativas hasta las dos de la mañana. El mismo decreto anulaba los decretos aprobados por Juanjo Ferrer, teniente de alcalde de Urbanismo que dimitió la semana pasada por sus diferencias con las imposiciones que al respecto le planteó el dirigente de Reinicia Pablo Valdés. Sin embargo, lo llamativo del asunto son las distintas versiones que se han dado sobre la polémica, además de los silencios vergonzosos de un gobierno municipal que intentó ocultar sin éxito el decreto de alcaldía que fue publicado por este periódico.

No había problemas de terrazas. La versión oficial hace unos diez días es que no había ningún problema con las terrazas, simples diferencias de criterio, pero nada importante. Por ser tan poco importantes ha caído del gobierno municipal Juanjo Ferrer y el PI, partido al que pertenece, ha exigido al alcalde que recuperase los decretos que habían sido aprobados por él y desautorizados por Valdés cuando era alcalde accidental. Pese a no haber problemas con las terrazas, siempre según la versión oficial, el alcalde salió en rueda de prensa para decir que Ferrer quería beneficiar a determinados locales. Para seguir con la confusión, Valdés dijo que lo que hizo fue derogar los decretos de Ferrer, una versión totalmente inverosímil para tapar las desavenencias internas desveladas por este periódico.

Sensatez. No parece ninguna barbaridad que los locales que no tienen música puedan tener operativas las terrazas hasta las dos de la madrugada. El alcalde dijo ayer en el pleno que esta normativa se limitará el año próximo a los restaurantes. Sin duda, son planteamientos responsables y basados en el sentido común. Lo que no parece lógico es que este asunto haya provocado tantos problemas internos (el PI aún no ha garantizado su apoyo al tripartito), con dimisión de un teniente de alcalde, para llegar exactamente al punto inicial. Es otro ejemplo más de la delirante línea que lleva el tripartito desde el inicio de esta legislatura. Pero al final la culpa será de los demás, claro.