Eivissa26/09/17 4:01
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Este domingo en Zaragoza se celebró una asamblea de Podemos donde los dirigentes de esta formación política abordaban el problema de Cataluña. Además de altos cargos de Podemos también participaron de otros partidos políticos a favor de la consulta catalana. El problema se produjo al finalizar la reunión cuando un centenar de personas se concentraron en el exterior del recinto donde Podemos celebró el acto. Los dirigentes de Podemos tuvieron que esperar en el interior del pabellón hasta que llegó la policía para custodiar su salida. La presidenta del Parlamento aragonés recibió el impacto de una botella de agua en la cabeza.

Poner calificativos. Todo este tipo de actos no hacen más que constatar el nivel de crispación que se vive en España desde hace algo más de una semana por culpa del proceso catalán. Pero lo más llamativo es cómo se define a personas como «ultras» por llevar, simplemente, una bandera española. ¿Hay que avergonzarse por ello? ¿Alguien que ondee una bandera española es un fascista, un facha? El dirigente Alberto Garzón llegó a hablar de «nazis», mientras la ibicenca Viviana de Sans los calificó de «franquistas». Nada justifica la violencia y todos los partidos tienen derecho a celebrar reuniones en libertad, pero los ciudadanos que están hartos de la situación que vive Cataluña ¿no tienen derecho también a expresarse y a mostrar su postura con banderas españolas? Sería conveniente que los dirigentes políticos moderasen sus palabras, se situasen ya en el siglo XXI, y olvidasen su diccionario político en el que aún figuran calificativos tan desfasados como «rojos», «fachas» o «fascistas».

Un escrache. Decir que el acto de Zaragoza fue un escrache también sería exagerar, pero lo curioso es que los dirigentes de Podemos que aplaudían en otros tiempos el acoso a altos cargos del PP ahora se lamenten cuando viven este tipo de situaciones. Pablo Iglesias llegó a decir que el escrache «es el jarabe democrático de los de abajo». Pero mientras el escrache no lo padezcan dirigentes de Podemos, todo es perfecto...