El discurso de apertura del debate sobre la orientación general de la política del Govern que ayer pronunció la presidenta Armengol en el Parlament fue, en términos generales, una reivindicación de la gestión de su equipo frente a la imagen de conflicto permanente entre los socios que integran el Pacte. En el tercio final de la legislatura, el objetivo de Armengol no es otro que enfatizar los logros frente a la disputas internas, una tarea que presume será clave en esta nueva fase que culminará a mediados de 2019 con la celebración de los comicios autonómicos. En este sentido, la dirigente socialista planteó una intervención a la que hoy deberá dar respuesta Biel Company como líder del grupo más importante de la oposición: el Partido Popular.

Vivienda. Los dos aspectos más llamativos de la intervención de Armengol son el plan de incentivos destinados a facilitar el acceso a la vivienda con el que se prevé, entre otras medidas, la construcción de 206 viviendas de protección oficial en las Pitiusas y el referido a la promoción de la industria, que planteó con exceso de ambición y falta de realismo ya que el principal motor económico de las Balears es el turismo y el sector servicios. Durante su intervención, Armengol pasó muy de soslayo por la crisis por los contratos al ‘gurú’ de Més, Jaume Garau, que ha tenido su extensión también en la menor de las Pitiusas y que ha provocado varias dimisiones, además de una querella de Fiscalía.

Admitir la realidad. Buena parte de los logros del Govern han sido posibles gracias a una mejora de los ingresos obtenidos por la salida de la crisis, un detalle que la presidenta no puede obviar para explicar la realidad de Balears. La Administración autonómica dispone de unos recursos que en la anterior legislatura no existían y que en ésta han permitido acometer cuestiones pendientes –y necesarias– desde hace años. El relato, para ser creíble, no debe olvidar factores decisivos, y éste es uno de ellos.