La segunda jornada del debate sobre orientación de la política general del Govern había generado expectación por lo que suponía del primer enfrentamiento parlamentario entre la presidenta Armengol y el líder del PP, Biel Company. El duelo dialéctico tenía especial trascendencia para el político conservador, que se jugaba la reválida como alternativa cierta a la dirigente socialista en los comicios de 2019 ante su propio grupo y la militancia del PP. Este tipo de debates tiene una trascendencia enorme en lo que se considera consumo interno de las diferentes formaciones y ayer Company logró salir airoso de la prueba en buena medida por una estrategia errónea de su adversaria.

Valor intangible. Company logró ser considerado ante el hemiciclo como el único líder de la oposición, faceta en la que hasta ahora no se había querido prodigar rehuyendo el enfrentamiento directo con la presidenta del Govern. Armengol erró al querer responsabilizar a Company de los errores cometidos por el Govern de Bauzá ya que el esquema político actual no es el de la pasada legislatura, entre otras razones porque el electorado ya dictó sentencia en las elecciones de 2015. Por tanto, el portavoz de los conservadores logró, aunque quizá de manera involuntaria, centrar el resto de las intervenciones cuando, en realidad, la que estaba sometida a análisis era la gestión gubernamental.

Balears, el objetivo. Más allá de las consideraciones formales, que también tienen su importancia, el debate concluirá hoy con la aprobación de las propuestas de resolución. Es en este apartado donde se comprobará el grado de consenso político que generan los problemas más importantes de Balears y que afectan a sus ciudadanos, meta final de sesiones como la de estos días que, junto con la aprobación de los presupuestos, marcan el calendario político. Los ciudadanos deben ser los auténticos protagonistas de la gestión institucional.