El ingreso en prisión hace diez días de los Jordis y ahora el encarcelamiento de Junqueras y siete exconsellers, si bien inicialmente Jordi Vila también estuvo en la cárcel, ha provocado un debate sobre la existencia de presos políticos en España. Se trata, sin duda, de un debate que no tiene ningún fundamento ni político ni jurídico. No hay presos políticos en España y denunciarlo supone un desprestigio para la democracia que puede tener aspectos mejorables pero que, tras 40 años de convivencia democrática, no ofrecen ningún tipo de discusión. Están presos por cometer, supuestamente, una serie de delitos muy graves.

Delitos graves. Una simple lectura del auto de encarcelamiento de la jueza Carmen Lamela demuestra que hay indicios para acusar a los exconsellers catalanes de graves delitos. Desde que se formó el Govern en septiembre de 2015 han trabajado para promover la independencia de Cataluña y han utilizado dinero público para convocar un referéndum que el Tribunal Constitucional, la Fiscalía General, y el Gobierno central había advertido que era ilegal. Pese a ello, se celebró el referéndum. Lo ocurrido en septiembre en el Parlament catalán tampoco ofrece dudas sobre cómo los responsables políticos han incumplido a sabiendas la legalidad. Los propios juristas del Parlament catalán advirtieron a los miembros de la Mesa que se estaba incumpliendo la ley. Les dio absolutamente igual. Se aprobó una ley de transitoriedad que hubiese permitido al hipotético gobierno de la República catalana nombrar a sus jueces. Los que hablan de independencia de la justicia española querían elegir a la carta a sus propios magistrados. Una paradoja.

No habrá independencia. Pese a todo lo ocurrido tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución, la suspensión de la autonomía catalana y la convocatoria de unas elecciones para el 21 de diciembre, sorprende que aún haya políticos que sigan creyendo en esa independencia que no será posible. Lo decía el propio Junqueras en una misiva a Puigdemont. La independencia es inviable. Pues ya es hora de que lo asuman.