L a crisis de Govern abierta por la dimisión forzada del vicepresidente y titular de la Conselleria de Turisme ha quedado, finalmente, resuelta al mantenerse Més al frente de estas áreas, a partir de ahora con su coportavoz y secretaria general del PSM, Bel Busquets. La sustitución de Biel Barceló había generado un notable enfrentamiento político al rechazar la presidenta Armengol la propuesta de los ecosoberanistas; una dinámica que ha erosionado la imagen –ya debilitada por las contínuas veleidades de Podemos– del Pacte. Lo ocurrido deja en evidencia los recelos entre el PSIB y Més, incluso las discrepancias internas entre los distintos sectores del ecosoberanismo balear en la búsqueda del protagonismo político de sus socios.

Garantía de estabilidad.
Busquets llega a la Vicepresidència y a Turisme con el indisimulado resquemor de la presidenta Armengol, defensora de un perfil más técnico para un departamento tan delicado para el conjunto de la economía de Balears. Aunque resulta evidente que en el pulso lanzado a Més esta coalición ha logrado imponer sus tesis, resulta innegable que también ha sido la formación que más problemas políticos e inestabilidad ha provocado al Govern. Turisme, en manos de Més, en concreto ha sido un contínuo foco de conflictos y escándalos que ha generado sucesivos cambios de responsables, hasta el estallido final de la salida de Barceló por aceptar un viaje con los gastos pagados a la República Dominicana.

Debilidad manifiesta.
Aunque el nombramiento de Busquets pueda rebajar la tensión de estos días, lo cierto es que lo ocurrido ha dejado un poso de desconfianza en el Pacte que la oposición, y en especial el Partido Popular, utilizará con insistencia a partir de ahora. No será sencillo para el Govern, y en especial para su presidenta, recuperar el indispensable ambiente de cohesión que requiere un equipo que gestiona las principales instituciones de Balears.