El estudio realizado por la consultora alemana GfK es harto revelador sobre la preocupación existente en este país respecto a la actual coyuntura que se está viviendo en España: sólo la mitad de los alemanes considera a España como un destino seguro para pasar sus vacaciones. Hay preocupación por la turismofobia, por la inestabilidad política que se está viviendo en Cataluña y por los atentados que allí acontecieron el pasado agosto. Hay también inquietud por la creación de impuestos dirigidos a los turistas y su estancia en Balears. Crece también la sensación entre muchos viajeros de que ya no son bienvenidos.

Recuperar la imagen.
La inestabilidad política o los atentados nada tienen que ver con Balears. Pero otros factores sí son propios del Archipiélago, como los brotes de turismofobia en las pintadas aparecidas el pasado verano en Palma y el centro de la ciudad de Ibiza, así como la implantación de la ecotasa, que en 2018 subirá. Es evidente que la coyuntura catalana también ha influido. Balears debe saber reaccionar a tiempo. Es necesaria una recuperación de la imagen. Hay que articular medidas que eviten la turismofobia. Por ejemplo, articular grandes inversiones en aspectos que mejoren el turismo ya que justificarán la ecotasa en los países emisores y se demostrará que el dinero se reinvierte en la mejora de la calidad del destino.

Reaccionar a tiempo.
Este estudio ha de servir de acicate. Los turistas han de sentirse a gusto en Balears no sólo en las playas, sino también en la calles de Ibiza y de otras tantas localidades del Archipiélago. Tienen que disfrutar del equilibrio entre el encanto mediterráneo, unos núcleos urbanos con personalidad secular propia y la inteligencia para impulsar un modelo urbano tranquilo y con diferentes atractivos. Hay que potenciar un destino seguro, acogedor y racional por su diversificación de oferta. Los poderes públicos tienen que volcarse en este objetivo porque está en juego el futuro turístico y, por tanto, social de las islas.