Balears sufrirá las consecuencias de la actual minoría parlamentaria en la que se encuentra el Gobierno que preside Mariano Rajoy, el cual se ha visto forzado a prorrogar los presupuestos del pasado año a la espera que recabar los apoyos suficientes para poder sacar adelante los de este ejercicio. La gestión del conflicto catalán, y en especial la activación del artículo 155 de la Constitución, ha provocado la retirada de los votos del PNV; imprescindibles –junto con los de Ciudadanos y otras formaciones regionalistas– para alcanzar la mayoría que garantice su aprobación. La consecuencia más inmediata a la retirada de 67 millones de euros que debía recibir el Govern para este año como mejora de la financiación.

Reajuste presupuestario.
La pérdida de los fondos estatales previstos obligará a la revisión de las previsiones presupuestarias del Govern, el cual deberá compensar los 67 millones que esperaba recibir de Madrid. La actual bonanza económica permitirá mitigar el impacto negativo del evidente desajuste en las cuenta ya aprobadas en el Parlament, aunque como bien apunta la titular de Hisenda i Pressuposts, Catalina Cladera, es preciso dotar al modelo de financiación de automatismos que eviten situaciones como la actual. La demora presupuestaria del Gobierno central –que cabe suponer que acabará resolviéndose tras la correspondiente negociación con los nacionalistas vascos– compromete, sin duda, tanto el gasto corriente como las inversiones proyectadas en Balears.

Un modelo eficaz.
Lo ocurrido este año con los presupuestos del Estado es un grave precedente que debería evitarse en el futuro, las cuentas autonómicas –responsables de las prestaciones públicas más básicas y esenciales para los ciudadanos– no pueden quedar a expensas del albur de la política estatal. Un apunte más que hace imprescindible la redacción de un nuevo modelo de financiación que el Gobierno sigue retrasando.