Se pone punto y final a la campaña más insidiosa, política y mediática, perpetrada hasta la fecha en Ibiza. Nos referimos al llamado malintencionadamente como "caso Prensa Pitiusa". Un caso que se promovió y alentó hasta la extenuación por diferentes medios de comunicación, unos más que otros. Y también por una banda de políticos ridículos, unos del propio partido de gobierno en la etapa de Marienna Sánchez-Jáuregui, otros disidentes y tránsfugas, como el líder de la conocida "banda del salami", que abochornaron a todo el mundo con su chat de whatsapp "Verano Azul". Y otros de la oposición que, estimulados en esa turbia y tendenciosa campaña mediática, vieron, cada cual según sus propios intereses, una gran oportunidad de acabar con sus rivales.

Dos alcaldesas.

Casi cinco años más tarde, después del derrocamiento de dos alcaldesas, ocho regidores y otros tantos cargos de confianza, de la desaparición de un partido revolucionario como el PREF, y varios afectados y desposeídos, además de una comisión de investigación política que fue una farsa, pero que trabajó pródigamente y en la que algunos de los destronados concejales del equipo de gobierno anterior, entre otros, se centraron en buscar minuciosamente cualquier resquicio de ilegalidad o fraude que amparase las acciones de todos los actores. Y después de que penalmente se archivasen todas las diligencias penales instigadas por parte de los citados. Ahora, decimos, también el Juzgado de lo contencioso administrativo nº 1 de Palma de Mallorca, es el que sentencia y da la razón sin paliativos a la mercantil Periódico de Ibiza y Formentera SLU, anterior editora del semanario Prensa Pitiusa, en su reclamación de cobro de todos los servicios prestados al Ayuntamiento de Eivissa sin excepción alguna. Con un contundente varapalo jurídico a este Ayuntamiento, que no deja lugar a duda alguna sobre los servicios prestados y su obligación de pagarlos, intereses y gestiones de cobro incluidas.

Ha hablado la justicia.

Grupo Prensa Pitiusa ante tamaño escándalo malintencionado, calló y esperó, pues no se podía hacer otra cosa, con el enorme ruido, cuitas y titulares que se habían orquestado en aquel momento. Pese a que, dicho sea de paso, nadie de ningún medio jamás nos llamó para recabar nuestra opinión porque poco importaba. La intencionalidad era otra bien clara y certera.

Ha hablado la justicia por partida doble y es de esperar que después de todo ello y del reguero de vergüenzas y desvergüenzas dejado por el camino, sirva para que todos los actores tomemos conciencia de todos los errores en los que hayamos podido incurrir. Tanto si han sido de forma bienintencionada como los que han sido malintencionados.

Y a todos ellos gracias. Gracias por enseñarnos a no ser tan confiados, a saber que el enemigo a veces se llama compañero, por habernos hecho más fuertes, más inconformistas, más críticos con el poder, más cuidadosos y conscientes de nuestras actuaciones, pero también más humildes y cercanos con la gente y los que más lo necesitan. Gracias porque al final sin todos ustedes no habríamos llegado hasta aquí, ni seríamos quienes somos ni con el estilo que nos caracteriza. Ha vuelto a ganar la sociedad, la pluralidad, la libertad y, sobre todo, la Justicia. No lo duden, de una u otra manera, confíen en ella. Gracias.