La torre de Can Pere Musson se reconstruirá para convertirla en un futuro en un hotel rural. Los dueños de la torre, que en diciembre de 2016 se derrumbó parcialmente por culpa de una tormenta, tienen previsto reformar la casa payesa y el antiguo “trull” para hacer un alojamiento turístico. El Consell d’Eivissa tiene previsto autorizar este proyecto después de que durante más de un año la torre estuviese olvidada y sin ningún plan de reforma.

La protección del patrimonio.
Ser propietario de un inmueble protegido no siempre es buen negocio. El propietario no puede dar ningún paso sin las autorizaciones de los responsables patrimoniales y en muchas ocasiones los elementos protegidos se quedan intactos, sin restaurar. Todos recordamos que a las pocas horas de derribarse la torre de Can Pere Musson, el conseller de Patrimoni, David Ribas, acudió raudo y veloz a Balàfia para hacerse una foto delante de las ruinas junto al alcalde de Sant Joan, Antoni Marí ‘Carraca’, con el fin de anunciar que el Consell haría algo, pero sin concretar nada. Al final el Consell no hará nada, entre otras cosas porque no es el propietario de la torre, pero el problema se produce cuando el verdadero dueño se queda también con las manos cruzadas. Ese no ha sido el caso de Can Pere Musson, afortunadamente.

Iniciativa privada.
Porque en esta ocasión el propietario de la torre de Can Pere Musson sí tiene previsto reformar la torre, si bien aprovechará para construir un establecimiento turístico rural. Si con la excusa de reformar la torre hay que sacar rendimiento económico al complejo cultural, bienvenido sea. Y se demuestra de nuevo que la iniciativa privada debe recurrir al ingenio para resolver situaciones que las administraciones tardarían años en solventar. O quizás nunca las arreglaría. La reforma de Can Pere Musson es una gran noticia para su propietario, pero también para todos los ibicencos que están orgullosos de su patrimonio histórico y lamentan ver cómo se degrada.