Un grupo de jubilados ha arrancado las movilizaciones para reclamar unas pensiones más justas. La convocatoria en Ibiza está prevista para este sábado en el Parque de la Paz, en Vila. Los jubilados han explicado a este periódico sus historias personales y realmente son comprensible sus quejas. Muchos de ellos no llegan a los 1.000 euros y se ven obligados a mantener a sus respectivas parejas. Otros apenas ingresan 500 euros al mes y evidentemente, reclaman mejoras. No parece razonable que personas que han cotizado 40 años se vean obligados a subsistir percibiendo pensiones tan bajas y en una tesitura tan precaria. Las reivindicaciones han provocado, al menos, un debate político en el Congreso de los Diputados. Mariano Rajoy ha anunciado que va a mejorar las pensiones mínimas, pero no ha explicado muy bien cómo lo hará y desde luego, ello será imposible si no hay acuerdo para sacar adelante los presupuestos generales del Estado.

Hacer sacrificios.
El presidente del Gobierno español sabe perfectamente que el malestar de los jubilados, muchos de los cuales votan al PP, pueden hacerle perder las próximas elecciones. Ha faltado mano izquierda y mucha sensibilidad con los pensionistas. No es posible que se aplique un incremento en 2018 que no llega al 0,5 por ciento. Eso es una tomadura de pelo. Mientras crece la presión fiscal, las personas que viven de una pensión después de haber cotizado y trabajado tantos años, merecen un mejor trato por parte del Estado.

Medidas concretas.
El Gobierno central debe plantear un plan para garantizar el futuro de las pensiones y explicar muy bien cómo hacerlo. Y todo ello en el marco del Pacto de Toledo. Los cotizantes, a la vez, deberán ser conscientes de que para mejorar pensiones es posible que haya que hacer sacrificios. La hucha de las pensiones ha disminuido con la crisis y la situación es precaria, pero un Estado debe priorizar. Y el bienestar de los pensionistas es algo fundamental para garantizar una sociedad justa. Ahora bien, eso supondrá reducir gastos en otras partidas porque el Estado no puede entrar en quiebra. Eso hay que tenerlo muy en cuenta.